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Independencia de Costa Rica

Dr. Carlos Barrantes Rivera
Vicerrector de Docencia
Universidad Castro Carazo

El Bicentenario de la Independencia: logros y desafíos

Sin lugar a dudas, uno de los acontecimientos más importante para los habitantes en el territorio de Costa Rica ocurrió hace 200 años, el 15 de setiembre del año 1821.

No obstante, su importancia, solemos limitar el significado de esta fecha histórica a la firma del acta en la capitanía General de Guatemala, y que tuvo como consecuencia que los habitantes centroamericanos rompiéramos con la sujeción colonial que nos ataba al imperio español.

Los acontecimientos ocurren, siempre, asociados y entrelazados a muchos otros acontecimientos anteriores, simultáneos o posteriores. Por ejemplo, hay pensadores que opinan que el hecho histórico que detonó los movimientos independentistas en nuestro continente ocurrieron 32 años antes de la independencia del pueblo de Costa Rica.

Se refieren a lo acontecido el 14 de julio de 1789, día en que el pueblo de París/Francia toma por asalto la fortaleza de La Bastilla, bajo el lema “libertad, igualdad, fraternidad”, que motivó a otros pueblos colonizados, como los latinoamericanos, a tomar las decisiones independentistas, años después. Era la época del pensamiento liberal, de la llamada “ilustración”, que pregonaba el derecho de los pueblos a regir su propio destino.

Después de 232 años de la toma de La Bastilla en Paris, Costa Rica celebra el Bicentenario de la Independencia, que nos permite recordar algunas de las grandes decisiones históricas, que como sociedad hemos cosechado: (i) el triunfo en la guerra contra los filibusteros, en la Campaña Nacional de 1856, (ii) La Reforma a la Constitución Política, que incorpora la enseñanza primaria gratuita, obligatoria y costeada por el Estado (1869), (iii) la Reforma Educativa de Mauro Fernández (1885-1888), (iv) la promulgación de las Garantías Sociales (años 40, del siglo XX), (v) el Código de Trabajo (1943), (vi) la fundación de Caja Costarricense del Seguro Social (1943), (vii) la abolición del ejército (1948), (viii) la Nacionalización Bancaria (1948), (ix) la creación del Instituto Costarricense de Electricidad- ICE (1949) y (x) el Consejo Nacional de Producción –CNP (1956)..

Además, pocas veces se recuerda, como uno de los logros más importantes en la historia del Bicentenario, lo ocurrido en un caserío llamado La Tigra, en San Carlos, provincia de Alajuela, en 1950: un grupo de humildes mujeres se convirtieron en las primeras votantes femeninas de Costa Rica, a nivel local; y, en 1953, las mujeres pudieron hacer uso de su derecho al voto en las lecciones nacionales, según registros del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE).

Al reconocer los legados de nuestros antepasados; también, hay que reconocer las grandes amenazas que enfrenta C.R., en el Bicentenario, que atentan contra la paz social, el progreso económico y la inclusión.

Hay una crisis sanitaria asociada al COVID-19, que es planetaria y que puso al descubierto y profundizó los problemas estructurales en el ámbito educativo, económico y social, en un contexto político muy frágil, fragmentado y con el “riesgo de caer en procesos de regresión política”, como lo señala el Informe del Estado de la Nación (2020). Cómo sociedad contamos con fundamentos y herramientas para salir adelante; pero, dependerá de cada uno de los habitantes, si solo si, asume la ciudadanía activa responsable de cara a las próximas elecciones presidenciales.

Que la celebración del Bicentenario sea la oportunidad para no olvidar los fundamentos que permitieron que Costa Rica sea tan distinta en el contexto internacional, y para prestar especial atención a los actores en la competencia electoral para el periodo 2022-2026, para evitar el populismo y el engaño, que al final, terminan por socavar el Estado democrático de derecho y la concordia entre los agentes económico del país.

Que el Bicentenario sea ocasión propicia para que “bajo el límpido azul de tu cielo, ¡vivan siempre el trabajo y la paz!”, en Costa Rica.