Soy estudiante, soy una persona que expresa emociones

Desde del día que nacemos, somos seres con emociones, incluso cuando no sabemos a ciencia cierta qué son; estas nos acompañarán. Estarán presentes en la cotidianidad, en el mejor día de nuestra vida; así como en los días más difíciles. Conforme recorremos este camino llamado vida, vamos adquiriendo nuevas habilidades, que a la larga, forjarán la inteligencia emocional.

Un pilar para lograr vivir con inteligencia emocional es el autoconocimiento, para el cual tenemos que dedicar tiempo a conocernos, escucharnos, reflexionar, conocer nuestro estado anímico, y así, cuando enfrentemos distintas emociones podemos predecir cómo reaccionamos a estas.

Cuando sé quién soy y confío más en mí, tendré más capacidad para comprender emociones, lo que me permitirá tomar mejores decisiones y proyectarlas a los demás.

Aceptar nuestras emociones, es respetarnos. Saber cómo nos sentimos es una de las interpretaciones más genuinas del amor propio, es muy probable que entre más autoconocimiento tengamos, mejor podamos conocer la forma en que vamos a reaccionar ante alguna situación.

Las emociones son parte de nuestra vida y de nuestra cotidianidad. No podemos elegir cuándo experimentarlas o cuándo apartarlas, pero sí cómo manejarlas para que estas impacten positivamente en nuestras vidas.

El ambiente académico no es la excepción, es un lugar donde aprendemos saberes técnicos y también nos preparamos para la vida. Evidencia de esto es el desarrollo de una clase, aquí encontramos: trabajo colaborativo, responsabilidad, empatía, respeto y compromiso. Pese a que el desarrollo de la inteligencia emocional no nos puede garantizar el éxito, definitivamente será un factor importante para llegar a nuestro máximo potencial y al mismo tiempo fortalecer nuestra integridad como personas.

Tal es el caso de la Universidad Castro Carazo, que nos permite, a través de talleres y actividades conocer nuestras emociones y poner en prácticas estrategias que contribuyan con su gestión adecuada. La Universidad crea espacios seguros donde nos invita a autoconocernos, a explorar nuestros sentimientos y a formarnos como profesionales integrales.

En la actualidad, los ambientes laborales se han sensibilizado y han empezado a implementar espacios para el bienestar y la gestión de emociones, procurando que sus colaboradores y colaboradoras fortalezcan su salud física y mental, ya que en una compañía donde las personas se sienten bien, la empresa está bien. El éxito y el bienestar emocional van de la mano; por esa razón es que en el mundo laboral actual se valora no solo la parte técnica, sino las habilidades integrales que podemos ofrecerle a la compañía.

¡Sienta sus emociones, abrácelas, lidie con ellas!, porque son reales y están acompañándonos por alguna razón. Hay que darnos la oportunidad de escucharnos, el autoconocimiento nos ayudará a crecer, nos generará autoconfianza, sentir nos hace humanos.