Especialista, Grettel Ballestero Villagra 
Coordinadora de Desarrollo Institucional
Universidad Castro Carazo

Una mirada a los derechos de las personas con discapacidad

La población con discapacidad a lo largo de muchos años ha exigido y luchado por sus derechos para lograr su inclusión en la sociedad. Es poco lo que conocemos de este tema, pues desde los sistemas formales de educación se trabaja desde un modelo tradicional, que no nos prepara para una sociedad más inclusiva.

En mi caso ha sido diferente, pues pertenezco a una familia con dos personas con discapacidad; mi hermano y hermana, a quienes mi madre y padre nunca les limitaron su desarrollo emocional, social y profesional. Creo que ni mis propios progenitores dimensionaron lo que lograrían con dejarles crecer como personas que aportan lo mejor de sí a la sociedad, como cualquier persona anhela que sus hijos e hijas lo hagan.

Mi hermana ha sacado provecho de su condición o situación de discapacidad, desde sus diferentes roles, como mujer, como educadora, como psicóloga, ha inspirado a muchas personas, es activista, líder y pionera en la búsqueda de esa equidad.

He aprendido mucho de esta convivencia familiar, pero quiero compartir algunas que nos acercan a romper con la barrera del desconocimiento de este tema que tenemos como sociedad.

Al referirnos a la población con discapacidad, se debe de utilizar un lenguaje inclusivo, donde se utilicen términos como el nombre de la persona o persona con discapacidad y no discapacitado, ni persona con capacidades diferentes o especiales, inválido, ni otra serie de términos que no me atrevo a escribir. El término persona con discapacidad, lo menciona La Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad, 2008 y lo explica poniendo en primer lugar a la persona; la discapacidad la genera el entorno, las barreras actitudinales y arquitectónicas y no la condición de discapacidad como tal.

Socialmente se ve a las personas con discapacidad como asexuadas, generando esto un mito, ya que al igual que las personas sin discapacidad, tienen las mismas necesidades fisiológicas y afectivas. Esto ha sido un tabú especialmente para los padres y madres con hijos e hijas con discapacidad, pues por su instinto sobreprotector consideran peligrosa e innecesaria la educación sexual, limitando sus derechos sexuales y reproductivos, además consideran imposible que otra persona sin discapacidad pueda enamorarse y querer formar una familia con una persona con discapacidad.

No es suficiente el derecho a un espacio preferencial en un parqueo, infraestructuras accesibles o medios de transportes adaptados, para cumplir con lo requerido en la Ley N° 7600, Ley de igualdad de Oportunidades para las Personas con Discapacidad, la cual dicta lo referente en accesibilidad, sin embargo, los derechos van más allá de la accesibilidad universal, se deben de exigir y cumplir, para hacerlo se tiene la Ley 8661 Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad.

Uno de los derechos que se le ha negado a la población con discapacidad es la autonomía personal, que significa el respeto a los derechos de la persona a tomar sus propias decisiones, a ser dueña y heredar bienes, a controlar el dinero, a pedir préstamos, a elegir pareja y a tener o no hijos e hijas, a votar y ser elegida y en general, el respeto a desarrollar sus habilidades, intereses y capacidades.

La Ley N° 9379 para La Promoción de la Autonomía Personal de las personas con discapacidad , exige este derecho. Cuyo objetivo es promover y asegurar, a las personas con discapacidad, el ejercicio pleno y en igualdad de condiciones con los demás del derecho a su autonomía personal.

Para lograr este objetivo se estable la figura de la asistencia personal humana. Les invito a consultar esta ley.

La Universidad Castro Carazo desde su modelo Ecoformativo, inspira a encontrar la armonía en las relaciones con uno mismo, con las demás personas y con la naturaleza. Nos abre el camino a la inclusión desde una de las disciplinas de la Ecoformación como lo son los Derechos Humanos, haciéndonos partícipes en que podemos construir un mundo más inclusivo y con la aspiración de formar personas interesadas de los derechos, deberes, necesidades y luchas de las poblaciones más vulnerables, para que esas barreras que construimos en nuestras mentes sean cada vez menores.